Antonio Ramiro Chico,
Cronista Oficial de la Villa y Puebla de Guadalupe
La
Real Asociación de Caballeros de Santa María de Guadalupe, en su constante
deseo de proclamar la devoción de Nuestra Señora, adquirió en el año 2009 una
vivienda, en la calle Barrero, número 6, en la que ha levantado su nueva
Sede social y Museo de la Hispanidad, bajo la dirección de los Caballeros
Pablo y César Moruno y Pablo y Pedro Barba, arquitectos y maestros de obras,
respectivamente.
Santa María de Guadalupe, Reina de la Hispanidad. Retablo Cerámico.Talleres Ruiz de Luna, 2011. Foto: Gabriel Tovar |
Dicho
Museo de la Hispanidad se ha instalado en la planta baja del edificio y está
dedicado a Santa María de Guadalupe, como Hispaniarum Regina o Reina de las
Españas.
Retablo cerámico
Preside
este Museo un hermoso retablo cerámico realizado por los afamados ceramistas
Ruiz de Luna, en su taller actual de Málaga.
El
Retablo de la Reina de la Hispanidad mide 2’50 x 1’95 metros en vertical y está
compuesto de cuatro partes bien diferenciadas:
Reina de las Españas. Foto: Gabriel Tovar |
-El paño superior o mural (1’60 x 1’95 mts.) presenta a
Santa María de Guadalupe, policromada, como Hispaniarum Regina, sobre el
hemisferio norte, vestida con el Manto de Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe
II, la Corona Rica de Reina de las Españas,
cetro, bastón de mando de Alfonso XIII, Toisón de Oro y las banderas
hispanoaméricanas, desplegadas detrás de su imagen. Estampa diseñada en 1961,
con motivo de las entregas de las banderas hispánicas por los embajadores de
las naciones hermanas de América y Filipinas a Nuestra Señora de Guadalupe (12
diciembre 1960), como el mayor símbolo de la evangelización en el Nuevo Mundo.
Completan
el mural, dos hermosas guirnaldas que cuelgan desde los ángulos superiores,
dando un perfecto encuadre al retablo, enmarcado todo él con hojas de acanto en
tonos azules, dando al conjunto un aire clasicista. Paño firmado.
-Parte inferior o mesa (0’90 x 1’95 mts.) en cuyo
centro destaca el Escudo de la Real Asociación de Caballeros de Guadalupe y en
su perímetro, están representados todos los escudos de los pueblos hermanos de
Iberoamérica, Filipina, Guinea Ecuatorial y Extremadura, como homenaje a los
descubridores, conquistadores y evangelizadores extremeños, que llevaron
nuestra lengua, cultura y fe al Nuevo Mundo.
Frontal Mesa de Altar con el Escudo de la Real Asociación y de los Países Hispanoamericanos. Foto: Gabriel Tovar |
-Base de la mesa de
altar (0’40 x 1’95
mts) bellamente docarada con grecas renacentistas y cartela, en la que se lee:
“Ave María de Guadalupe”.
Foto: Gabriel Tovar |
-Costados de la mesa de
altar (0’40 x 1’95
mts.), también decorados con dos hermosos angelotes que sostienen sendas
filatelias en las que aparece la siguientes inscripciones. Lado derecho: “Tú
eres nuestra gloria, Tú eres nuestra alegría y el honor de todo Caballero”.
Lado izquierdo: “Sancta María de Guadalupe, gratia plena, Mater Dei,
Hispaniarum Regina, ora pro nobis peccatoribus”.
En
sus costados figuran también los nombres de los ceramista que llevaron a cabo
dicha obra: Amparo y Carlos Ruiz de Luna, con su fecha de conclusión: 15 de
marzo de 2011 y el nombre del donante, nuestro Caballero de Honor, Joaquín
Vázquez y Familia.
Con
esta obra los Caballeros, después de ochenta años, tienen su propio trono y
altar, dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe y a su querido Hijo, luz del
mundo, como verdadero testimonio de amor y servicio.
Foto: Gabriel Tovar |
Flanquean
dicho retablo dos obras pictóricas del Caballero, José Antonio Jorge
Villa, representativas del Viejo y Nuevo
Mundo, en las que figuran los más de 600 topónimos guadalupenses como
verdadero símbolo de la Evangelización.
Reina de la Hispanidad
Desde
la aparición de María a un humilde vaquero en las sierras de Altamira a finales
del siglos XIII, cerca del río Guadalupe, los montes de las Villuercas, dejaron
de ser morada privilegiada de fieros lobos, osos, ciervos y jabalís. Pronto las
veredas y cañadas se transformaron en caminos hollados de peregrinos, que
acudían en romería a este lugar escondido.
La fama de sus prodigios
atrajo a reyes y santos, cautivos y marinos, enfermos y desheredados. Su nombre
corrió como el cauce del río Guadalupe hasta llegar al océano Atlántico y desde
allí saltó a través de las olas para sembrar con su vocablo toda la geografía
hispanoamericana: templos, ermitas, valles, ríos, montañas, poblados y ciudades
se esmaltaron con su nombre.
De esta forma el nombre de
Guadalupe, durante siete siglos ha brillado en la bóveda celeste del universo
como la estrella más radiante de la Evangelización.
El 12 de octubre de 1928, se
escuchó mejor que nunca, la aclamación de la Sagrada Escritura: “Tu eres
nuestra gloria, Tu eres nuestra alegría y el honor de nuestro pueblo”, por más
de diez mil fieles de toda condición, que quisieron vivir este acontecimiento
único en la historia del Real Monasterio. Justamente, al medio día, cuando los
rayos del sol inciden con mayor nitidez, el rey Alfonso XIII y el cardenal
Segura, legado de Su Santidad Pío XI, subieron al estrado colocado en el atrio
basilical donde unos minutos antes, habían entronizado a Nuestra Señora de Guadalupe
y a continuación, ciñeron sus sienes con Corona Imperial de oro y platino,
brillantes y esmeraldas, regalo del pueblo español, mientras la banda militar
del Batallón de Cazadores de Lanzarote interpretaba la marcha real y los
aeroplanos sobrevolaban la plaza y los chapiteles del monasterio, dejando
bucles y perfumando los cielos con pétalos de flores.
Fue la expresión de todo un
pueblo que reconoció con el hermoso título de HISPANIARUM REGINA, la influencia que Nuestra Señora de Guadalupe
ha tenido y tiene en todos los países hispanoamericanos, unidos por vínculos de
raza, de lengua, de religión, de costumbres y cultura.
Museo de la Hispanidad. Foto: Gabriel Tovar |
Este título de Reina de las Españas o de la Hispanidad,
concedido por su Majestad Alfonso XIII, grabado en el anverso de la lustrina de
la imperial Corona: Sancta Maria de Guadalupe, gratia plena, Mater Dei,
Hispaniarum Regina, ora pronobis peccatoribus, está fundamentado en los
hechos que integran el concepto de Hispanidad: Descubrimiento, conquista,
culturización y evangelización del Nuevo Mundo.
Nos permitimos señalar los
principales hechos que forjaron la hispanidad mariana guadalupense:
·
La condición de lugar colombino que actualmente tiene
Guadalupe, por las visitas que durante los años de 1486-1496, realizó antes y
después del descubrimiento, Cristóbal Colón a Nuestra Señora de Guadalupe.
Sobrecartas. J.A. Jorge. |
·
La firma en Guadalupe, por los Reyes Católicos, Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón, a 20 de junio de 1492, de dos Sobrecartas dirigidas
a Juan de Peñalosa, contino de la Casa Real, natural de Villanueva de la Serena
y capitán de gente de guerra. La primera para Moguer y otras poblaciones y la
segunda para los habitantes de Palos, urgiendo en ambas el cumplimiento de las
reales provisiones, de 30 de abril de 1492, es decir, el pronto descubrimiento
de nuevas tierras.
·
El
voto hecho en alta mar, el 14 de febrero de 1493, al regreso del primer viaje,
como se dice en el Diario de a bordo, de la primera navegación descubridora, en
cuyo cumplimiento vino Colón a Guadalupe, como romero para dar gracias a
Nuestra Señora.
·
La imposición del nombre Guadalupe a la isla Turuqueira, en
las Antillas Menores del Caribe, el 4 de noviembre de 1493, en el segundo
viaje, como atestigua el mismo Colón, en una carta escrita en la Española, en
enero de 1494, dirigida a los Reyes Católicos.
Imposición de Guadalupe. Juan M. Núñez |
·
El bautizo en el templo de Guadalupe de los indios Cristóbal
y Pedro, criados de Cristóbal Colón, el 29 de julio de 1496, que señala este
sitio, con documentación oficial, como el primer lugar de cristianización de indios, como ofrenda
espiritual a Nuestra Señora de Guadalupe, por lo que recibe el nombre de PILA
BAUTISMAL DE AMÉRICA.
·
Las íntimas relaciones que durante el tiempo de la
incorporación de América a la Corona de España tuvieron en Guadalupe los más
insignes conquistadores y muchos colonizadores, pobladores y otros personajes
indianos.
·
La importancia que Guadalupe tuvo en América como signo de
evangelización por medio de misioneros, hermandades y prácticas devocionales.
·
Los santuarios, ermitas y altares alzados en toda América a
Nuestra Señora de Guadalupe de Extremadura, como medio de devoción y expresión
de la fama que tenía en todas partes, que todavía pervive en el pueblo.
·
La abundante toponimia guadalupense en el Nuevo Mundo, prueba
la devoción sentida hacia nuestra Madre.
·
Los testimonios de estrechas relaciones, devocionales e
históricas, del Guadalupe extremeño con el Nuevo Mundo (favores, ofrendas,
mandas y otras manifestaciones) recogidas en códices y legajos, en crónicas de
Indias, en historias antiguas del monasterio y en otros documentos.
Voto Azores. J.A. Jorge |
·
Su condición y devoción marinera ha estado siempre muy unida
a esta advocación de Guadalupe, a la que los hombres de la mar y navegantes la
han sentido como Patrona y Estrella, a quien obedece el mar y respetan los
vientos, como así lo proclaman los nueve códices de milagros que se conservan
en su archivo histórico.
·
Su aparición en la Rada de Puntallana, desde donde alumbró
como faro de gracia la gesta descubridora en ese ineludible tránsito entre el
Viejo Mundo y el Nuevo, significándose así las islas afortunadas como el
verdadero puente o puerta entre las Españas.
·
El hecho guadalupano
del Tepeyac, en México, relacionado con el extremeño Hernán Cortés y con
los Doce Apóstoles de Méjico, salidos del convento franciscano de Belvís de
Monroy (Cáceres), que supuso la mayor transfusión entre ambas culturas, dando
lugar a una nueva raza que ha proclamado a Nuestra Señora de Guadalupe,
Emperatriz de América.
Nuestra Señora de Guadalupe. Emperatriz de América |
En este aspecto, que tanto
afecta a Extremadura y en concreto a Nuestra Señora de Guadalupe, señalamos
también los nombres más destacados de
insignes extremeños que, bajo el signo de su fervor guadalupense, llevaron al
Nuevo Mundo, la devoción sincera a Nuestra Señora de Guadalupe: Hernán Cortés,
Francisco Pizarro, Núñez de Balboa, Pedro Alvarado, Hernando de Soto, Sebastián
de Belálcazar y Pedro de Valdivia. Junto a estos hombres de acción, otros
muchos extremeños, partieron al Nuevo Mundo para evangelizar las nuevas tierras
descubiertas, como los Doce Apóstoles de Méjico, que desde el convento de San
Francisco de Belvís de Monroy marcharon a Méjico. San Juan Macías, quien dejó
la dehesa extremeña de Ribera del Fresno como simple porquero para evangelizar
el Virreinato del Perú, donde consoló la conciencia de los ricos y alimentó el alma de los pobres. Especial
mención, dentro de la expansión devocional de Guadalupe, merece fray Diego de
Ocaña, monje de Guadalupe (1588-1608), que recorrió la América andina dejando
varias pinturas de Nuestra Señora de Guadalupe, entre las que descuella el
cuadro de la catedral de Sucre, enriquecido con infinidad de alhajas y perlas,
así como la famosa comedia de la Virgen de Guadalupe.
Virgen de Guadalupe. Patrona de la Gomera |
Así lo ha sabido reconocer
también, la Junta de Extremadura, con la concesión de Fiesta de Interés
Turístico, para la Fiesta de la Hispanidad, que cada 12 de octubre convoca a
miles de peregrinos y visitantes, otorgada por la Orden del 6 de marzo de 2007,
por la Consejería de Economía y Trabajo, a petición de la Real Asociación de
Caballeros de Santa María de Guadalupe, por suponer un acontecimiento de gran
atractivo turístico, susceptible y merecedor de ser calificado como de Interés
Turístico de Extremadura.
Igualmente,
la Conferencia Episcopal Española con motivo de las Jornadas Mundial de la
Juventud celebradas en Madrid en 2011, al hablar de la condición Mariana de
España, presentó a Nuestra Señora de Guadalupe, como la verdadera Patrona de la
Evangelización.
Bibliografía:
García, Sebastián, OFM., Guadalupe de Extremadura en América. Sevilla, 1990.
Antonio Ramiro Chico. Museo de la Hispanidad. 2014
García, Sebastián, OFM., Guadalupe de Extremadura en América. Sevilla, 1990.
Antonio Ramiro Chico. Museo de la Hispanidad. 2014
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