EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN GUADALUPE

Antonio Ramiro Chico, 
 Cronista de la Puebla y Villa de Guadalupe


  INTRODUCCIÓN
Desde el siglo XIII el lugar de Guadalupe quedó bendecido por la gracia de Dios desde el momento que esta dehesa sintió el latido de la presencia de María y de su querido Hijo, cuando halló el corazón de aquel humilde pastor, como tabernáculo preciso donde manifestar al mundo su mensaje salvífico. Desde ese preciso instante millones de corazones han sentido la presencia misericordiosa de Jesús a través de la mirada solicita de su querida Madre. Algunos han tenido la suerte de compartir ese regazo maternal como le ocurrió al propio san Juan de Dios, fundador de los hermanos hospitalarios, quien mostrándole a su Hijo desnudo, le dijo: “Juan, viste a mi Hijo para que aprendas a vestir a los pobres” . Desde entonces el reinado y la misericordia infinita de Jesús brilla en estas sierras de las Villuercas a través de ese rostro moreno de Nuestra Señora de Guadalupe, que desde su primitiva ermita, real santuario o basílica no ha dejado de manifestarse a cada uno de los guadalupenses, peregrinos y visitantes cada vez que han implorado su bendito nombre. 




LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE CRISTO 
Los precedentes de la devoción del Sagrado Corazón de Jesús, hay que buscarlos en los sermones de san Bernardo (s. XII) y e en los escritos de san Buenaventura (1221-1274), pues el corazón humano siempre ha sido un símbolo de amor carnal o místico, al hablar de él siempre se refiere –san Bernardo-al “muy dulce corazón de Jesús”. Del culto de las cinco llagas, y especialmente de la llaga del costado, que se desarrolló hasta finales de la Edad Media, debía naturalmente pasarse al culto del corazón. Bajo la influencia de éste, la herida del costado de Cristo crucificado se trasladó de derecha a izquierda, es decir al sitio del corazón . El inicio de la devoción del Sagrado Corazón de Jesús, como bien afirma Marta Pinilla, comenzó a finales del siglo XVI cuando apareció en la imaginería cristiana el corazón de Jesús atravesado por tres clavos y engastado en una corona de espinas, siendo su mayor valedor el normando Juan Eudes, fundador de los eudistas, Congregación de Jesús y de María, cuyo lema es: “Vive Jesús et María . 
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús tuvo su especial auge en el último cuarto del siglo XVII, cuando la francesa santa Margarita María Alacoque (Verosvres (Borgoña), 1647- 1690,Paray-le-Monial), siendo niña, Jesús quiso mostrarle su Corazón ardiente de amor por la humanidad, por lo que desde ese mismo instante se consagró al divino Corazón: “O Dios mío, os consagro mi pureza y hago voto de perpetua castidad”, aunque una grave enfermedad le hizo buscar el alivio y consuelo en la Virgen Santísima, cuya protección y cuidados pronto sintió: “Nada temas, tú serás mi verdadera hija, y yo seré siempre tu buena Madre”. Pero como toda buena discípula de Jesús santa Margarita María en su tránsito por este valle de lágrimas tuvo que experimentar su propio calvario hasta que entre 1673 y 1688 recibió las promesas hechas por el divino Corazón: 
1ª Yo les daré todas las gracias necesarias a su estado. 2ª Gozaran de paz en sus familias. 3ª Les consolaré en todas su penas. 4ª Seré un refugio seguro durante la vida, y sobre todo, en su muerte. 5ª Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas. 6ª Los pecadores encontrarán en mi Corazón el manantial y el océano infinito de la misericordia. 7ª Las almas tibias se volverán fervorosas. 8ª Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a una gran perfección. 9ª Bendeciré las casas en que esté expuesta y sea honrada la imagen de mi Sagrado Corazón. 10ª Daré a los sacerdotes el don de mover los corazones más endurecidos. 11ª Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás se borrará de él. 12ª Yo te prometo, en el exceso de amor misericordioso de mi Corazón, que las personas que comulguen nueve primeros viernes de mes, obtendrán el don de la perseverancia y no morirán sin recibir los Santos Sacramentos. 

LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN EN ESPAÑA
En España la devoción al Sagrado Corazón de Jesús también tuvo su propio rostro, en la persona del beato jesuita P. Bernardo de Hoyos (Torrelobatón, 1711), quien jamás había oído hablar del culto del Sagrado Corazón de Jesús hasta los 21 años, cuando tuvo que copiar algunos fragmentos “De cultu Sacratissimi Corolis Iesu”, experimentando sensaciones que jamás antes había sentido, como sentirse amado. No hay que olvidar que los jesuitas fueron los que mayormente patrocinaron dicha devoción . Al día siguiente cuando estaba adorando al Santísimo Sacramento, Jesús mismo le dijo que quería, que el fuese el medio por el cual se extendiese en España esta devoción: “Reinaré en España y con más veneración que en otras muchas partes” . El Padre Bernardo de Hoyos, siguiendo las pautas de su director espiritual, Padre Juan de Loyola, le manifestó al rey Felipe V su deseo de expandir la devoción del Sagrado Corazón, quien impulsó la devoción, al mismo tiempo que solicitó al papa Benedicto XIII, Misa y Oficio propio del Sagrado Corazón de Jesús para todos sus reinos y dominios, propuesta que fue aceptada y aprobada por Benedicto XIII . De esta forma la nueva devoción del Sagrado Corazón de Jesús quedaba consagrada oficialmente en 1685 acordando la Iglesia que a través de este símbolo del corazón abierto, quería salir al encuentro del protestantismo y del jansenismo, en el que el amor de Dios se proyecta hacia todos los hombres, sin excepción.

CONSAGRACIÓN DE ESPAÑA AL SAGRADO CORAZÓN 
Felizmente, el 30 de mayo de 1919 se cumplía la promesa hecha por el divino Corazón a Santa Margarita María y al P. Bernardo de Hoyos de reinar en España de un modo especial consagrándose nuestra nación al deífico Corazón , llevada a cabo oficialmente por el rey Alfonso XIII en el cerro de los Ángeles, acompañado por miles de personas que llegaron de toda España, erigiendo un gran monumento que fue bendecido por el nuncio de Su Santidad, Francesco Ragonesi, dando así gracias a Dios por haber librado a nuestra Nación de la Primera Guerra Mundial, no así de los efectos de la mal llamada epidemia gripe española, que tantas vidas se llevó. 

CONSAGRACIÓN DE GUADALUPE 
EL 30 de mayo de 1925, Guadalupe se unía como ya habían hecho otras muchas ciudades y pueblos a celebrar solemnemente la consagración de esta Villa y Puebla de Santa María de Guadalupe al Corazón amoroso de Jesús, honrándole públicamente con numerosos actos, cultos y efigie. Según recoge la crónica de este día (Antolín, 1925), dicha consagración fue revestida con una solemnidad y esplendor inusitada, acuciada por el celo de su párroco fray Lázaro Epelde, que desde varios días antes tenía al pueblo levantado: limpiando casas, arreglando calles, revistiendo portadas, izando arcos con verde follaje, banderas y gallardetes con guirnaldas de flores entrecruzadas, además de artística iluminación eléctrica por las noches, ofreciendo una imagen fantástica del arte y del entusiasmo de Guadalupe. La madrugada del 30 hacia las cuatro, parte del vecindario se unió al Rosario de la Aurora, que recorrió las principales calles entonando preciosas Avemarías, dando así un ejemplo edificante de religiosidad y fervor. A las ocho y media de la mañana se celebró la Misa de Comunión general en la que cantaron los niños de las Escuelas y participaron los miembros de la Venerada Orden Tercera, los del Sagrado Corazón de Jesús, Hijas de María, Hermandad de Nuestra Señora de Guadalupe y Juventud Antoniana, preparándose así para consagrar sus almas al divino Corazón. A las nueve y media dio comienzo la Misa solemne en la que ofició el Rvdo. P. Lázaro Epelde, asistido por el diácono fray Julián Sánchez y por el subdiácono Federico Baltasar. Ocupó la sagrada cátedra el historiador fray Carlos Gracia Villacampa, director de la Congregación del Sagrado Corazón, quien disertó sobre “la divinidad y realeza de Jesucristo, recordando el centenario del gran Osio de Córdoba, quien la proclamó en el concilio de Nicea, el primero de los ecuménicos, contra la herejía arriana. Rememoró la consagración de España al Sagrado Corazón, hecha por nuestro Católico Monarca Alfonso XIII en el Cerro de los Ángeles, y últimamente vino a tratar de la significación y trascendencia de la consagración de Guadalupe al mismo divino Corazón”.
A continuación, la celebración prosiguió con la procesión que se dirigió hasta la fachada del Ayuntamiento, entonces situado en la plaza mayor, donde se colocó la valiosa placa del Sagrado Corazón. Al acto asistieron el Batallón Infantil de las Escuelas del Monasterio, así como los demás alumnos y las niñas de las Escuelas municipales, sus respectivos maestros, miembros de las distintas Congregaciones locales, Comunidad Franciscana presidida por su Rvdo. P. guardián Bernardino Puig, los ministros sagrados y las autoridades civiles. Al llegar la procesión, ante la fachada del ayuntamiento, su alcalde don Manuel Cruz Fernández, descubrió la sagrada Imagen, del Sagrado Corazón, representado en actitud de distribuir sus divinas gracias, que el pueblo emocionado admiró su estática hermosura. Descubierta la imagen, el padre Lázaro la bendijo, dirigiendo después unas sentidas y emotivas palabras al pueblo que llenaba la plaza. Seguidamente se leyó el “Acto de Consagración”, que culminó con el Himno del Sagrado Corazón, interpretado por la Capilla del Real Monasterio, bajo la batuta de su director Fray Feliciano Larrauri, autor del mismo. 
Terminado el acto de consagración, se procedió al reparto de pan para los más necesitados, amenizando dicho acto la Banda del Monasterio, bajo la dirección de fray Juan B. Yuste, que interpretó un escogido repertorio de piezas. Concluye la crónica de la consagración, fray Teófilo Antolín, con la Procesión del Santísimo Sacramento, que se llevó a cabo, a las siete de la tarde, después de la puesta de sol, “cuando en el horizonte no quedan más que unas tenues gasas de púrpura y grana, que van desapareciendo bajo el ceniciento manto de una misteriosa penumbra, cuando la luz eléctrica de los arcos de triunfo comienza a enviar los fantásticos destellos de sus luces de colores entre el verde oscuro del ramaje que lo encubre; aparece por las puertas del templo, majestuosa y solemne la procesión del Santísimo Sacramento”, cuya comitiva desfilo alrededor del monasterio hasta la plaza de los Tres Chorros, en cuyo recorrido se alzaron ocho altares, bien engalanados y adornados con alfombras naturales de tomillo y almarahuje, donde no faltaron bellos motetes al Santísimo y el acompañamiento de la Banda de Música del Monasterio, al mismo tiempo que el pueblo fiel que buscaba la realeza de Dios musitaba esta plegaria: “Corazón Santo,/ Tú reinarás/ Tú nuestro encanto/ siempre serás”. El día 21 de abril de 1928 las Escuelas de Guadalupe también se consagraron con la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en sus aulas, previa comunión en la iglesia, procesión, cantos y recital de poesías de varios niños y niñas gracias a la labor desarrollada por sus maestros fray Eloy Uribe, fray Baldomero Rasero, don Ángel Sánchez y doña Emérita Medina (Guadalupe, 207(1928). 

MONUMENTO 
Esta placa o relieve es obra del eminente escultor y orfebre don Félix Granda Buylla, sacerdote y director de los Talleres Artísticos de Madrid, autor también de la famosa Corona Rica de Nuestra Señora de Guadalupe, de la Montaña de Cáceres o de la Virgen de Covadonga de Asturias, del Trono de la Patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad, del cetro de los Caballeros de Guadalupe, entre otras muchas piezas . Su perfección y su amistad con la Comunidad Franciscana, especialmente a través de la figura de Fray Carlos Gracia Villacampa, le valió a Granda el mejor aval para llevar a cabo en 1928 la obra de la Corona Rica Hispaniarum Regina, con la que fue coronada la Virgen de Guadalupe, como Reina de las Españas, en presencia de S. M. Alfonso XIII y del Gobierno de España. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús es un relieve en bronce sobre fondo de fino jaspe, con una repisa que sostienen dos ángeles. Todo está encuadrado por un marco de mármol blanco con molduras y en su parte interior, rodeando a la sagrada Imagen, aparece el cordón seráfico, como símbolo de fraternidad y reconocimiento a la Comunidad Franciscana. Cristo aparece con sus manos caídas y abiertas en actitud de entrega con manto y túnica mostrando sobre su pecho izquierdo su corazón misericordioso, mientras su rostro sereno como fiel Cordero aparece aureado por una bellísima corona de fina filigrana, fiel reflejo del arte de Granda. Las dimensiones de la placa o relieve son: 80 centímetros de alto por 60 de ancho, cuyo coste supuso para las arcas del Ayuntamiento la estimable cantidad de 1.150 pesetas. La inauguración de la nueva Casa consistorial llevada a cabo en 1956 posibilitó el traslado del relieve del Sagrado Corazón que quedó instalado en una de las dos torres que franquean el edificio, la del lado izquierdo, de esta forma la imagen del Sagrado Corazón de Jesús Rey del Universo bendice no sólo a la Puebla y Villa de Guadalupe sino también a su Real Monasterio. 

IMÁGENES 
 La llegada de la Comunidad Franciscana (1908) posibilitó la creación de nuevas asociaciones y hermandades como fue la Asociación del Apostolado Sagrado Corazón de Jesús que contó con su propia imagen, novena y festividad, por tal motivo el monasterio conserva varias imágenes: 

Sagrado Corazón del Coristado.

“Esbelta figura, labrada en jaspe veteado de blanco y marrón en la que resaltan su cabeza y manos en mármol blanco. El rostro de Cristo expresa una sublime unción en su mirada hacia el cielo y expresión de amor, luce larga cabellera y barba tupida. Sus manos señalan su corazón, fuente de gracia y de vida y sus pies descalzos son símbolo en el anuncio del nuevo reino” (García, 2000). Dicha escultura presidió durante muchos años una de las salas del antiguo Coristado, como verdadero Maestro de los estudiantes profesos, aspirantes al sacerdocio. Pertenece al periodo neoclásico, de finales del siglo XIX y mide 0’44 m. de alto. 












Sagrado Corazón de Jesús del Apostolado

Imagen de pasta de madera, de principio del siglo XX, seguramente fue adquirida por la cofradía de la Asociación del Apostolado Sagrado Corazón de Jesús (Guadalupe, 265-269 (1934), pues aparece ya en uno de los altares que se levantaron el 30 de mayo de 1925 con motivo de la Consagración de Guadalupe al Corazón de Jesús La imagen de Cristo aparece sobre una peana, vestida con larga túnica blanca que solo deja ver el pie izquierdo descalzo algo adelantado y su manos abiertas en actitud de total entrega, sobre su pecho, esculpido en bajo relieve, aparece su corazón en el centro con corona de espina pintada sobre él. Su rostro en posición frontal mantiene su mirada baja con larga cabellera y barba tupida. Mide la imagen con la peana, 1,05 metros. Actualmente está en San Juanito, aunque el día 19 de junio presidió un altar levantado en el transepto o crucero de la basílica, con motivo de su propia festividad. 




Sagrado Corazón de Jesús de Portugal

El Inventario del Patrimonio Artístico del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe en su volumen II de escultura, número 40 registra una preciosa talla en madera que representa al Sagrado Corazón de Jesús, de autor desconocido, perteneciente a la Escuela portuguesa y que según el P. Sebastián García, autor de dicho Inventario, fecha dicha pieza en 1919 . La imagen de bulto presenta la iconografía propia del Sagrado Corazón, ricamente vestido con hermosa túnica de color blanco y voluminoso manto de color rojo bermellón, que descubre las manos abiertas de Jesús mostrando sus llagas y su propio corazón en el centro de su pecho, rodeado por corona de espina. Como Rey del Universo se sustenta sobre peana de nubes y globo terráqueo, con rostro sereno, barba tupida y larga cabellera, tocado con corona de espinas y tres potencias. Actualmente está bajo el coro basilical, en la nave de Santiago Apóstol. Mide la talla 1,60 metros de alto. 





Sagrado Corazón de Jesús capilla domiciliaria


Una de las prácticas de catequización y evangelización puesta en marcha por la Comunidad Franciscana nada más llegar a Guadalupe en los primeros años del siglo XX, fue la visita de las capillas domiciliarias que recorrían toda la Puebla, como la de la Virgen de Guadalupe, la Sagrada Familia, San Antonio o la del Sagrado Corazón de Jesús, que todavía visitan nuestros domicilios, en esas capillitas neogóticas que cada mes reciben nuestra oración y nuestra limosna. Decir que también ellos han sufrido el confinamiento de la COVID-19, reanudándose hace varios meses su visita, lo cual ha llenado de alegría a muchos hogares cristianos de Guadalupe. Ahora de nuevo con motivo de esta tercera ola han vuelto otra vez a su confinamiento voluntario. Esta imagen del Sagrado Corazón mide 34 centímetros, realizada en escayola presenta a Jesús vestido con túnica blanca y manto rojo con cenefa dorada, cabellera larga y barba tupida, lleno de paz y mirada penetrante. Su mano izquierda señala su Sagrado Corazón que muestra en el centro del pecho, mientras que con la mano derecha la presenta en forma de bendición. Se alza sobre peana y sobre el globo terráqueo como Rey del Universo, coronado con varias potencias. 

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS: 
Este artículo quiere ser un homenaje para todos los que han sufrido las consecuencias de la COVID-19, especialmente aquellos corazones que han entregado su vida en esta pandemia en soledad, sin tener a sus familiares a su lado, aunque seguramente que todos ellos han sentido cerca la gracia, la paz y el refugio seguro del Sagrado Corazón de Jesús. También quiero dedicar este estudio a nuestra paisana María González Masa por su vida de entrega a la figura de Jesús, cuyo Belén ha sido visitado en estos últimos años por varios miles de personas y desde el día 15 de marzo de 2020 su exposición y sus explicaciones se apagaron con su marcha a la casa del Señor. 
RAMIRO CHICO, Antonio, “Guadalupe, meta obligada de Santos”, en El culto a los santos: cofradías, devoción, fiestas y arte. Madrid, 2008, pp.235-236. Martapinilla.blogsot.com/2010/06/la-iconografía-cristiana-interesa-no.html ec.aciprensa.com/wiki/San_Juan-Eudes 
ORTEGA MENTXAKA, Eneko. “Culto e iconografía de los corazones de Jesús y María en el ámbito jesuítico vasco-navarro”, en Revista Ars biduma, 7 (2017), p.89. 
HERRADÓN FIGUEROA, María Antonia. “Reinaré en España: la devoción al Sagrado Corazón de Jesús”. Revista de diactelogía y tradiciones populares. 64 (2): 193-218. 
BURRIEZA SÁNCHEZ, Javier. “Beato Bernardo Francisco de Hoyos”. Real Academia de la Historia. Consultado el 17 de junio de 2020. La primera consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús fue realizada el 29 de Junio durante el XXII Congreso Eucarístico de España, en el Salón del Trono del Palacio Real.
ARÉVALO SÁNCHEZ, Antonio, Guadalupe, siglo XX [El primer siglo franciscano]. Sevilla, 2004, pp.128-129. A pesar de esta fecha no hemos encontrado referencia alguna a dicha cronología en las crónicas del Monasterio, ni tan poco algún dato que colabore dicha afirmación en la Revista de Guadalupe. Sabemos que dicha escultura fue traída de Portugal.

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